Ayer soñé con mis olivos
con su sonrisa y sus brazos abiertos
en mi sueño vi un olivo
cobijando entre sus ramas un lindo nido.
Mañana vivo en las memorias de muchos pasados
escuchando el raspado de un güiro
mientras enfoco esa nostalgia con mis ojos cerrados
en mi melodía, mi anheloso suspiro.
Yo viajo a un tiempo desconocido de vientos y pajas
donde una sudestada me lleva a una antigua era rocosa
pero seguro estoy de una cosa
vivo en aquellos cuentos de trillos, rastrillos y tinajas.
Ayer soñé con mi conuquito
allá en la sierra de Castillo donde vivo
con ese aire lleno de anhelo
allí cerca de las ovejas y los burros respiro.
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